domingo, 13 de noviembre de 2016

NO HAY MARCHA ATRÁS

Empujado por la crisis, tentado por la libertad, obligado por las circunstancias, impulsado por la ambición, motivado por alguna responsabilidad, ilusionado por el porvenir... cada cual tiene su historia detrás, su propia justificación personal.

Cuando alguien se aventura en algún tipo de emprendimiento basado en una labor profesional a comisión, suele ser sin haber hecho una gran inversión inicial, por tanto lo que se arriesga no es más que tiempo, y no se pone en peligro el patrimonio que se tiene al iniciar la actividad.

En cualquier caso siempre se adquiere una nueva y enriquecedora experiencia personal, una nueva visión de cómo funcionan los resortes de la economía. Por eso, cuando lo has probado, cuando saboreas sus mieles, es difícil renunciar.

Si no funciona un proyecto, se prueba con otro, pero sin olvidar la sensación de independencia y libertad que no te puede proporcionar ningún empleo tradicional.

El sector, el tipo de actividad o el sistema de trabajo pueden ser muy diversos. Mira este vídeo:


Eso sí, hay que desprenderse de los razonamientos limitantes del pasado: yo soy, mi experiencia es, siempre lo he hecho así, no sé si seré capaz, ya es tarde...


2 comentarios:

  1. Emprender es adictivo. Luego de varios proyectos, ya quiero hacer algo nuevo. Me picó la curiosidad. Hora de empezar cosas nuevas...

    ResponderEliminar